Perrito Se Salva De Morir
En el momento en que una mascota llega a casa por vez primera, de forma rápida se habitúa a nosotros y a la inversa, llega a ser parte de la familia, es uno más. Para las personas que aman los animales, es doloroso tener que evitar el sufrimiento de su amigo provocándole la muerte. Por esta razón, esta nueva historia le contaremos como Un Perro Se Salva De La Eutanasia en el último minuto.
Un Perro Se Salva De La Eutanasia
Uno de esos milagros que raras veces ocurren, y son algunos. Te contamos la historia de Ollie, un perro pastor. ¿De qué forma llegó hasta la eutanasia? Y ¿de qué manera se salvó de ella?
Como todos y cada uno de los perros, Ollie era alegre, le encantaba ir al parque a correr y jugar con sus amos y saltar de un lado para otro. Adoraba las excursiones puesto que sus dueños siempre y en todo momento lo llevaban con ellos. En resumen, para resumir, Ollie era un perro normal y feliz.

Perro Se Salva De La Eutanasia
Un día sus dueños empaquetaron ciertas cosas en el vehículo y llevaron a Ollie de excursión.
Tras la excursión
Pese a cuánto gozaron Ollie y su familia, al volver a casa empezó la pesadilla. De pronto el can comenzó a perder movilidad. Primero le costaba un tanto pasear, poquito a poco no quería comer, día tras día paseaba con más complejidad y cada vez ingería menos comida. Sus dueños pensaron que era mejor no retardarse e ir lo antes posible al doctor.
Le hicieron pruebas de orina y de sangre aparte de otros exámenes, y los resultados fueron frustrantes porque no salió nada en ellos, pero la salud de Ollie iba de mal a peor. Llegó un instante en que dejó de alimentarse pues ya no podía moverse y ni tan siquiera era capaz de ir al baño.
Cuando los dueños de Ollie regresaron al veterinario, esteles dijo que había que practicarle la eutanasia. Ollie estaba padeciendo mucho y su familia asimismo, y era lo mejor.
Llega el fatal día, el instante de la eutanasia
Los dueños de Ollie, resignados, fueron a la clínica procurando digerir que no iban a regresar a ver a su pequeño. Todo estaba listo, el panorama era triste, la familia no dejaba de llorar y las enfermeras no podían resistirse a hacerlo cuando los veían.
Inmediatamente antes de la eutanasia, una de las enfermeras se estaba despidiendo de Ollie con unas caricias, cuando apreció algo extraño tras la oreja del animal: un bulto.
Se pusieron a mirarlo pausadamente y había unas máculas de sangre alrededor de él, ¡era una garrapata! Las máculas de sangre dejaban ver que ese parásito llevaba bastante tiempo alojado en el cuerpo de Ollie, y se estaba alimentando de su sangre.
Los médicos le ofrecieron una nueva solución a la familia, le sacarían la garrapata y darían 3 días al animal para poder ver si se recobraba. Si bien no es lo común, las garrapatas pueden ocasionar parálisis en el animal y los veterinarios no desearon pasar este hecho por alto. ¡Y menos mal! Ollie no precisó 3 días. Tras extraer la garrapata descansó unas horas y de noche pudo volver a casa.
Su recuperación fue completa ese día, ya saltaba y como siempre ¡Se salvó de la eutanasia!
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